EUROPA
PRESS
12
septiembre 2022
Cuál es el mejor momento del día para
ingerir más calorías
Hay muchos mitos en torno a la hora de comer y a cómo puede
influir en el peso corporal o en la salud", como aquel refrán que afirma
que hay que "desayunar como un rey, almorzar como un príncipe y cenar como
un mendigo". Exactamente, ¿qué hay de cierto en esa afirmación?
Un nuevo estudio publicado en la revista 'Cell Metabolism', y dirigido por
la profesora Alexandra Johnstone, investigadora en el
campo del control del apetito en el Instituto Rowett
de la Universidad de Aberdeen (Reino Unido), observa
que concentrar la mayoría de las calorías al principio del día reduce el hambre
pero no afecta a la pérdida de peso.
Es decir, el hecho de que una persona ingiera su comida más
copiosa a primera o última hora del día no afecta a la forma en que su cuerpo
metaboliza las calorías, si bien quienes comieron su comida más copiosa por la
mañana dijeron sentir menos hambre más tarde en el día, lo que podría fomentar
una pérdida de peso más fácil en el mundo real.
"Esto ha sido impulsado en gran medida por el campo del
ritmo circadiano, pero nosotros, en el campo de la nutrición, nos hemos
preguntado cómo podría ser posible y a dónde iría la energía--prosigue--.
Decidimos examinar más de cerca cómo interactúa la hora del día con el
metabolismo".
En este estudio, los investigadores reclutaron a sujetos
sanos con sobrepeso u obesidad para controlar sus dietas y medir sus
metabolismos durante un periodo de tiempo; 16 hombres y 14 mujeres completaron
el estudio.
A cada participante se le asignó aleatoriamente una dieta
cargada por la mañana o una dieta cargada por la noche durante cuatro semanas.
Las dietas eran isocalóricas, con un equilibrio del
30% de proteínas, 35% de carbohidratos y 35% de grasas. Tras un periodo de
lavado de una semana en el que las calorías estaban equilibradas a lo largo del
día, cada participante pasó a la dieta opuesta durante cuatro semanas. De este
modo, cada participante actuaba como su propio control del estudio.
A lo largo del estudio, se midió el gasto energético diario
total de los sujetos mediante el método del agua doblemente marcada, una
técnica basada en isótopos que observa la diferencia entre las tasas de
recambio del hidrógeno y el oxígeno del agua corporal en función de la
producción de dióxido de carbono. El criterio de valoración principal del
estudio fue el equilibrio energético medido por el peso corporal.
En general, los investigadores descubrieron que el gasto
energético y la pérdida total de peso eran iguales en las dietas con carga
matinal y en las dietas con carga vespertina. Los sujetos perdieron una media
de algo más de 3 kg durante cada uno de los períodos
de cuatro semanas.
Los puntos finales secundarios fueron el control subjetivo
del apetito, el control glucémico y la composición
corporal. "Los participantes informaron de que su apetito estaba mejor
controlado los días que desayunaban más y que se sentían saciados durante el
resto del día --señala Johnstone--. Esto podría ser bastante
útil en el entorno del mundo real, frente al entorno de investigación en el que
estábamos trabajando".
Johnstone señala que este tipo de
experimento podría aplicarse al estudio del ayuno intermitente (también llamado
alimentación restringida en el tiempo), para ayudar a determinar el mejor
momento del día para que las personas que siguen este tipo de dieta consuman
sus calorías.
El grupo tiene previsto ampliar su investigación sobre cómo
afecta la hora del día al metabolismo realizando estudios similares al descrito
aquí en sujetos que realizan trabajos por turnos. Es posible que estos
individuos tengan respuestas metabólicas diferentes debido a la alteración de
sus ritmos circadianos, señalan.
"Una cosa que es importante tener en cuenta es que cuando
se trata de la sincronización y la dieta, no es probable que haya una dieta que
se adapte a todos --concluye Johnstone--. Averiguar
esto va a ser el futuro de los estudios sobre dietas, pero es algo muy difícil
de medir".